Una nueva novela de Alejandro Segura, Jesús era bipolar, está a la venta en librerías de Buenos Aires.
¿Qué pasaría si Jesús de Nazareth fuera Jesús de Buenos Aires? El historiador y novelista, Alejandro Segura, nos invita a jugar con la imaginación y con nuestros saberes sobre el Evangelio de San Marcos y crea una ficción basada la posibilidad de que el Hijo de Dios esté en Buenos Aires, en Nueva York, en París, acá y ahora.
Ante el escepticismo propio de nuestros tiempos, es un desafío probar que Jesús vive entre nosotros y que no se trata de una avivada porteña, ni de chantada, ni de locura. Dejando a un lado las acciones malintencionadas y teniendo en cuenta que se tratara de una persona cuyas facultades mentales estuvieran alteradas, el delirio místico es un punto recurrente en las personas que padecen trastornos como la bipolaridad. Pero, resulta imposible demostrar lo contrario: ¿cómo se prueba que realmente es el Mesías?
Desde la voz de un porteño, esta novela es para ser escuchada con los ojos. Marcos, un taxista que vive en el barrio de Almagro, nos cuenta sobre la vida de un artista, sobre un hacedor de milagros que asegura ser el hijo de Dios y que ha venido a este mundo para salvarnos. Entonces, las manifestaciones de fe se realizan a través de la clásica forma de expresión popular porteña: las marchas. Miles de seguidores acompañan a Jesús y transmiten la Buena Nueva a los demás.
Algunos creen en su palabra, creen en él con una fe incuestionable; otros desconfían de sus milagros y justifican, con la razón, cada hecho sorprendente; también están los que simulan creer en él por un mero acto de conveniencia.
Surge, entonces, para el lector, una pregunta latente en toda la novela. ¿Cuántas veces, en la Historia de la Humanidad, nos hemos ubicado en esa posición escéptica y nos perdimos la posibilidad de conocer, en persona, al hijo de Dios? ¿Cuántas veces supusimos que se trataba de locura, cuando lo que se esperaba de nosotros era un simple acto de fe?
Esta breve crítica sobre Jesús era Bipolar fue publicada en el Diario del Viajero, el 7 de octubre de 2015 - Nº 1484 - Año XXX