En tiempos difíciles se descubre dónde están los buenos corazones. Una expresión que, de mil maneras, resuena en nosotros está en la esencia de Sopa de Estrellas, una historia escrita por Mercedes Pérez Sabbi, que fue adaptada por Fernán Cardama, quien puso el cuerpo, el espíritu y las manos en escena, y Carlos Piñero, quien dirigió esta puesta.
Se trata de un espectáculo de títeres, objetos y actuación en el que un cuidador de la plaza relata la historia de Blas, un chiquito callejero que vive en un mundo de cartón y residuos con el que, mediante su imaginación y su amigo Chispita, el perro que lo acompaña, vivirán una gran aventura en una ciudad que lo ignora y lo margina.
Todo lo que compone el escenario, los objetos y los títeres está hecho con materiales descartables y un gran talento estético, y, como en el cine, se varían las perspectivas y la focalización, sin mediar ningún truco fotográfico. Es una obra preciosa que invita a los chicos a repensar la forma de relacionarnos, sobre todo, en estos tiempos en que los chicos se enganchan fácil con cualquier imagen en una pantalla y parecieran olvidarse de que existe un mundo que los rodea, donde las realidades no son iguales y lo que es importante para unos no fue siquiera registrado por otros.
Sopa de estrellas habla sobre cómo las diferencias se desvanecen cuando el amor, la solidaridad y el respeto invaden la escena. Habla de cómo las figuras anónimas dejan de ser fantasmas cuando dejamos de vernos de lejos y estrechamos un vínculo personal. Habla de cómo una tormenta puede ser el fin del mundo hasta que el cielo se despeja y en las estrellas animan la atmósfera cuando se unen los corazones.
Ficha de la obra
Autoría: Mercedes Pérez Sabbi
Adaptación: Fernán Cardama, Carlos Piñero
Actúan: Fernán Cardama
Dirección: Carlos Piñero
Prensa: Tehagolaprensa
CENTRO CULTURAL DE LA COOPERACIÓN - Corrientes 1543
Esta reseña se publicó en La Cazuela.