El arquitecto español Antoni Gaudi dijo una vez que «La belleza es el resplandor de la verdad, y como que el arte es belleza, sin verdad no hay arte». Esa frase refleja la esencia de una obra maravillosa: La savia, de Ignacio Sánchez Mestre, protagonizada por la inigualable Mirta Busnelli.
La obra ensambla el presente de una profesora jubilada con sus recuerdos más profundos. Así como la savia recorre los vasos conductores y transporta aquello que es vital para la planta, las palabras de Elsa, la protagonista, le dan vida a aquello que podría percibirse en un principio como una rememoración inerte, como un libro que no es leído o como una caja de música a la que no se le da cuerda.
La belleza y la verdad se manifiestan cuando Elsa permite el fluir de la conciencia en un viaje poético. Dos jóvenes actores acompañan a Mirta Busnelli en el escenario, Agustín García Moreno y Constanza Herrera, quienes encarnan, de acuerdo con la situación, los personajes con los que interactúa Elsa: una chica que no lee, pero canta en un karaoke; un estudiante frustrado, que corre para liberar su mente; sus hijos, que se creen cercanos, pero se perciben distantes; un exmarido que parece un clavel del aire, sin raíces ni vínculos.
Las plantas y los libros también tienen su papel en la obra. No solo son decorativos, sino que, gracias a ellos afloran los recuerdos que Elsa escribe para no olvidar. Como las plantas, Elsa tiene una vida secreta, un mundo interior lleno de imágenes que ella teme perder: lecturas, anécdotas, conocimientos de cualquier naturaleza… Aunque resulte paradójico, ese empeño por registrar el pasado es lo que la obliga a correrse de ese lugar y dejar espacio para algo nuevo, para las preguntas o para la incertidumbre.
La savia es una obra para disfrutar y dejarse llevar por el hilo de pensamientos de una mujer que vive recluida, pero que no está sola. A través de sus palabras, los espectadores comparten las cuitas y las alegrías, en una suerte de viaje introspectivo que conduce a lo esencial, a lo latente en cada ser humano y que nunca deja de crecer en nosotros. Parafraseando a Gaudi, «la originalidad consiste en el retorno al origen. Original es aquello que vuelve a la simplicidad». Una simplicidad bella, como la que se presenta en escena cada vez que Mirta Busnelli se convierte en Elsa.
Ficha de la obra
Autoría: Ignacio Sánchez Mestre
Actúan: Mirta Busnelli, Agustín García Moreno, Constanza Herrera
Músicos: Facundo Mazzotta
Vestuario: Lara Sol Gaudini
Escenografía: Laura Copertino
Iluminación: David Seldes
Diseño De Sonido: Tomás Mesa Llauradó
Realización Set-electric: Paul Pregliasco
Técnico De Luces: Carolina Downes, Matias Luciano Tinganelli
Fotografía: Ignacio Coló
Diseño gráfico: Carola Tana
Asistencia de escenografía: Miranda Pauls
Asistencia de iluminación: Facundo David
Asistencia de vestuario: Ailen Zoe Monzón
Asistencia de dirección: Tomás Mesa Llauradó
Asistencia De Escenas: Julián Giménez Zapiola
Producción: María La Greca
Prensa: Cecilia Gamboa
Dirección: Ignacio Sánchez Mestre
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